Creíme, pobre de mí, hombre agraciado
por la buena madre Naturaleza
de muchos dones aprovisionado
de los mismos pies hasta la cabeza.
rechazaba mil citas
amorosas
caminando yo ufano por las calles
tal como un rabo rechaza las moscas
Mas de pronto del
sueño desperté:
¡Yo nunca me he comido una rosca
ni he logrado
triunfar como escritor!
Solo tengo a mi querida
mujer
que sin dudarlo me arrea un par de hostias
si ligar con alguna intento yo
¡Ay Dios! ¿Es esto vida? ¡Señor, señor!
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