Mirando la ciudad desde las altas murallas
Me abrazaste la
cintura y me besaste en la cara
Abajo en el patio un caballo corría y caracoleaba
El sol de la tarde nos miraba y, celoso, se sonrojaba
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
Delante del estanque, tú y yo nos abrazamos
Yo te miré a los ojos y los vi enamorados
Te acaricié la mejilla y besé tus dulces labios
Noté cómo temblabas, después de tantos años
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
Al lado de una fuente de cristalinas aguas,
Nos miramos un momento, guardando silencio
Y en el aire impregnado de aromas y secretos
Flotaron murmullos que gritaban ¡te quiero!
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
Cuando la noche llegó nos sorprendió en el jardín
Canciones y música, chorros de agua rojos y añil
Reflejados en tus ojos el asombro, la alegría y el
deseo
Al abrigo de la Luna y las estrellas, de entregarte a mí
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
No sé si era el rocío o un par de lágrimas
Lo que por su rostro de yeso iban bajando.
Pero al vernos allí abrazados el rey Santo
Me parecía estar llorando.
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
Cuando llegó la hora de abandonar aquel sitio
De todos los que habíamos visto, el más bonito
Con la congoja en el pecho y el corazón partido
Nos abrazamos y te di un beso de amor infinito
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso
¡Qué bella eres Córdoba!, cuántos tus tesoros
Tus jardines, tus palacios y patios porticados
Embelesados ambos y cogidos de la mano
Pateamos tus calles, como dos enamorados
Y en los jardines del Alcázar, tan floridos en mayo
Todas las flores del mundo, sonreían a nuestro paso