Ella es bella, con esa belleza natural que conmueve
La mirada serena de sus ojos, oscuros y almendrados, sonríe ocultando su tristeza por el cruel destino que un día, de improviso, transformó su exitosa y ajetreada vida artística en dolorosa soledad.
Los recuerdos y los sueños cumplidos, o truncados, no le impiden organizar eventos culturales, escribir poemas y relatos y convocatorias a conferencias y concursos literarios, cualquier actividad que le impida constatar que se puede soñar cuando el cuerpo físico no acompaña al espiritual.
Mirando sus fotos sentada y leyendo en su jardín, yo la imagino enfundada en su maillot; sus hermosas y largas piernas en mallas rosadas luciendo bajo el tutú, danzando, dando saltos y giros graciosamente por el escenario del Teatro Colón, al compás de la música que la empuja a correr de puntillas de un lado a otro con zapatillas de ballet color nieve.
¡Oh, mi dulce amiga! Cuántas alegrías y sinsabores da la vida; cuántas almas suspiraron por ti mientras volabas cual mariposa blanca por los escenarios; cuántos corazones latieron aprisa, soñando con alcanzar la bella y esquiva bailarina.
© Juan Pan García. 25 de octubre de 2025
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