jueves, 3 de marzo de 2022

EL KARMA

 


La rosa que veo en la foto
no es la misma que conocí.
Hace años, cuando yo la vi,
mi corazón se volvió loco.

Tenía ella un aire juvenil
y a pesar de sus cincuenta,
(Dato que yo no tuve en cuenta)
relucía como un candil.

Sigilosa y con picardía
de sus amigas casadas
sus maridos enamoraba
y tenía uno cada día.

Quería un amor sin apegos,
Su amistad para mí: un infierno,
mi primavera se hizo invierno
¡Que me olvidase fue mi ruego!

Ahora, no la reconozco.
Está sola, muy desgastada,
de potingues llena la cara.
La tristeza cubre su rostro.



Nunca hablaba sinceramente
¿Cómo pude yo estar tan ciego?
Borrar esa imagen yo quiero.
Ahora pienso: ¡Fui un demente!