Es una niña alegre y graciosa, chiquita y
nerviosa, morena y hermosa cuyos ojos
melosos y risueños me persiguen:
de día, adonde quiera que vaya; de noche, me cierra
las puertas del sueño.
Ella es como
una hija, pues por edad podría ser su padre.
Es
inalcanzable para mí, como lo es poseer un
Ferrari deportivo
Pero la
quiero. Verla me da vida; aunque amarla es mi veneno