lunes, 26 de septiembre de 2011

LA ABUELA


Esta mañana temprano

la niña se ha despedido,

nos ha dado unos besos,

y en un coche se ha ido.


La abuelita se ha quedado

Mirando desde el balcón

Tiene lágrimas en sus ojos

Y destrozado el corazón.


Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

y alegrarte el corazón


Su nieta es lo más bonito

que lleva en el corazón

Viva como una gacela

Y tierna como una flor.


Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

y alegrarte el corazón


El reloj siguió adelante

Sin ninguna compasión

Llegó el cruel momento

De la separación.


Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

y alegrarte el corazón


No llores más abuelita

Porque pronto volveré

No llores más abuelita

Yo te daré muchos besos

Y en tus brazos dormiré.


Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

y alegrarte el corazón

SEVILLANAS DE LA ABUELA

I

Su nieta es lo más bonito, que lleva en el corazón

Que lleva en el corazón, su nieta es lo más bonito

Que lleva en el corazón, su nieta es lo más bonito

Que lleva en el corazón

Que lleva en el corazón. Es viva como una gacela

y tierna como una flor

Es viva como una gacela y tierna como una flor

Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

Y alegrarte el corazón

II

El reloj sigue adelante sin ninguna compasión

Sin ninguna compasión el reloj sigue adelante

Sin ninguna compasión el reloj sigue adelante

Sin ninguna compasión

Sin ninguna compasión ha llegado el triste día

del regreso a Castellón

Ha llegado el triste día del regreso a Castellón

Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

Y alegrarte el corazón

III

No llores más abuelita porque pronto volveré

Porque pronto volveré no llores más abuelita

Porque pronto volveré no llores más abuelita

Porque pronto volveré

Porque pronto volveré yo te daré muchos besos

y en tus brazos dormiré

Yo te daré muchos besos y en tus brazos dormiré

Abuelita yo te quiero

Ven conmigo a Castellón

Para darte mi cariño

Y alegrarte el corazón

SAN VALENTÍN


El día de san Valentín te vi en la plaza, nuestra plaza
Ibas  cogida de la mano de un hombre
Durante un segundo se encontraron nuestras miradas,
y una mueca, tal vez sonrisa, apareció en tu cara.
De pronto te diste la vuelta, y ante el lujoso escaparate
de una tienda de modas te quedaste parada.
Tu compañero señaló un vestido y te preguntó algo;
Puede ver en el reflejo cómo te secabas una lágrima.
Y te fuiste alejando, despacito, sin pronunciar palabra.
Yo me quedé sentado en el banco, nuestro banco.
Bajo el sauce que presenciaba  nuestros besos,
 y rodeado de hambrientas palomas
«Los tiempos cambian —les dije, echándoles maíz—
Este año no ha venido sola».

PENA NEGRA

Viene un hombre subiendo la cuesta,

lleva al hombro su escopeta

y fija en mí una mirada siniestra

Mi mujer me abraza y llora;

mi hija tira de mi chaqueta:

¡No te vayas padre, no nos dejes solas!

El grito infantil cruza el aire,

estalla contra los muros de las casas.

Nadie responde tras los visillos

Ojos que miran y bajan la mirada:

la vergüenza se pinta en sus caras.

Un trueno rompe el silencio

y un rayo alumbra la tarde.

Un barranco, una zanja, una tapia…

Dónde, cuándo, quién lo sabe…

Dos hombres bajaron la cuesta,

y sólo uno vuelve a remontarla.

Sucede en ambos bandos de España

que la avaricia o el poder de las ideas,

transforma a los hombres en alimañas

Ambos bandos son criminales,

injustamente la vida arrebatan

Lo único que los diferencia,

lo único que los separa…

que los unos tienen lápidas

y de otros no se sabe nada

Unos cubiertos de rosas

y otros de jaramagos,

En panteones de mármol,

y en cunetas y prados

¡Pena negra, pena negra!

Hasta en la muerte

Ser discriminado

NO PUEDO OLVIDARTE


No puedo olvidarte, lo intento y no puedo: te descubro en todas partes causando mi agonía. En la luna sonriente, en el amanecer del día, en la arena de la playa en la palmera escondida, en el reflujo de las olas, en la bruma del calima.

Dicen las malas lenguas que estoy loco, que hablo solo y a veces me da por llorar. Quién sabe lo que es cordura en un mundo en que produce dolor la ternura. ¿Saben de lo que es capaz un hombre dolorido al perder al ser más ha querido?

¿Qué hablo solo? Cuando me asalta el recuerdo de tu piel, suave como el plumaje de la tórtola, estremeciéndose con mis besos; tus ojos semicerrados, embriagados de deseo, y los labios entreabiertos exhalando suspiros, y luego tú, entregada a mis caricias, me dices: “Te quiero”…, ¿qué puedo hacer yo si no es buscarte por las calles, por el prado y por la playa y suplicarte que regreses y comencemos de nuevo?

No, no puedo olvidarte, mi amor, y te juro que lo intento.

MÍRAME


Ayer pasaste por mi lado, mirando al frente
y seguiste tu camino sin decirme nada…
Miraste para otro lado para no verme

y me diste la espalda para ofenderme.

Yo me quedé mirándote, te comprendía.

Maldije mi orgullo, que no te merecía.
Fui yo quien causó la dolorosa herida

y el único culpable de tu partida.

Ven conmigo, niña, y mírame a la cara,
Díme qué te pasa que estás tan pálida.
Dónde está tu risa, dónde tu alegría.
la perdiste para siempre por culpa mía


Bajas la mirada para no decirme ¡hola!
pasas de largo sin pronunciar palabra.

Antes que conmigo, prefieres estar sola.
Yo te quiero mucho y me partes el alma

No temas, mi niña, y alegra esa cara...

Si quieres pasar de largo, sin una mirada,

si ya no quieres verme… ¡Sigue tu camino!
que yo daré la vuelta y me iré a mi casa.

Me iré a mi casa, si tú no quieres verme.

Esperaré la muerte... me dejaré morir,
porque, cariño, sin ti,
mi vida es un sin vivir

MARINERO DE ALTURA

 
 
Con el mechón de cabello,
que me diste el otro día
me he hecho la pulsera
que llevo en la muñeca mía
La fui trenzando en mi litera
navegando mar adentro,
en el cielo la tormenta
y en mi corazón tu recuerdo.
Marinero de altura soy,
voy rumbo a Barlovento.
Sufriré durante meses
agobiado por tu recuerdo
Como corona de espinas
o cuchillo bien clavado,
te lleva en el pensamiento.
mi corazón destrozado…
Ante la Virgen del Carmen,
patrona de los marineros,
me he puesto de rodillas
para decirle, amada mía,
lo mucho que yo te quiero.
No permitas, virgencita,
que ella sufra por mi recuerdo,
¡dile que volveré pronto
para comérmela a besos
Y aunque caiga la noche
y me cubra un manto negro
y la tormenta reviente
con ensordecedores truenos…
Y las olas barran la cubierta
y mi atunero acaben rompiendo
y se mezclen las marinas aguas
con las lágrimas que yo vierto…
Aún entonces, en tal cruel trance,
serás mi único pensamiento.
y le pediré por ti a la Virgen,
por lo mucho que te he querido…
por lo mucho que aún te quiero.
Pero no seamos por ahora
tan funestos agoreros
pues pienso volver a El Puerto
cargadito de pescado,
y con los bolsillos llenos

Pagar la hipoteca de la casa
y encargar un hijo nuestro
y quedarme contigo unos días
y acariciarte y con besos
tiernos, encendidos
recorrer tu cuerpo