Quisiera olvidar tu imagen en el recibidor de la habitación
cuando en la noche lluviosa huyeron las estrellas
Tus labios ya no me atraen, han besado a otros,
y tus besos no son neutros, tienen sabor a esperma
Aún siento los pasos apresurados de tu amigo huyendo.
Y el adiós sigiloso de tu puerta al cerrarse,
Y el adiós sigiloso de tu puerta al cerrarse,
y el canto cómplice del grifo lavando tu boca y tus manos.
Perdí mi dignidad y hombría aquella noche.
Nunca más volverá a
suceder que me enamore
Todo lo más ofreceré
amistad desinteresada.
Mi mundo se hundió para siempre y desde entonces
perdí la fe en tus palabras y la confianza en la gente.
Estás perdonada, mujer. Te besaría como a hermana; pero yo tampoco olvido
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