sábado, 1 de octubre de 2011

EL DESAHUCIO

El viernes, viendo cómo se llevaba a cabo un desahucio en la televisión de Jerez, me acordé de Alberti y de su inmortal poema.Y mis dedos convulsos escribieron estos versos y lo uní a los suyos:

 EL DESAHUCIO
¡Ya vienen, mamá!
grita la niña asustada
la madre la abraza
reteniendo lágrimas
Alza la mirada al cielo
y en silencio,
rota el alma
llora con desconsuelo
Ejército de guardias
se acerca porra en mano
vestidos de negro con botas
 y brillantes escudos y cascos
¡No nos echaréis!, grita
sus laboriosas manos
si delicadas antaño
aferran a su hija
En sus húmedos ojos
destella la locura.
Con voz rauca maldice
al Gobierno que permite
de los bancos tal usura
Viene con ellos un sujeto
muy estirado que lleva
en la mano un documento
Y con un gesto ordena
 desahuciar sin miramientos
Y se lanzan sobre ellas
 Y las pegan y amenazan
las empujan y maltratan
la madre grita, la niña llora
Las agarran con fuerza
y las arrastran afuera.
Morbosa la gente mira
desde la otra acera
El cuerpo de la mujer
de impotencia tiembla.
A pesar de la multitud
la soledad encuentra.
El cielo se oscurece
los pájaros se rebelan
remolinos de viento
levantan polvo y tierra
Y una voz acusadora
apenas perceptible
araña las conciencias.
Son los versos airados
del inmortal poeta
que emergen de entre las piedras
« Dónde los hombres...
miran y cuando miran
parece que están solas
gritan y cuando gritan
parece que están solas
¿Dónde los hombres?
¿Es que no hay hombres?
¿Dónde los hombres de ahora
que  a las pobres víctimas
 de los bancos abandonan?»

PD: la última estrofa esde Rafael Alberti
 
 

martes, 27 de septiembre de 2011

LA PLAYA


Tiembla la sombrilla
al empuje de la brisa.
Juegan niños en la arena.
Olas rompen en la orilla.
Algunos pasan el día
expuestos al tórrido Sol,
constatando con alegría
que sus cuerpos toman color.
Unas mozas pasean por la orilla,
buscando, quizás, unos amigos,
luciendo, seguras, sus pantorrillas.
Por favor ¿Qué hora es?
Preguntan de vez en cuando.
No es que tengan prisa,
es... ¡por decir algo!
Qué solo se encuentra uno
rodeado de tanto extraño
¿Qué hago yo en esta playa?
¿Por qué vuelvo año tras año?
Dentro de unos días
todo habrá terminado.
¡Al fin, estamos en casa!
Dirán los que van llegando.
Y a empezar de nuevo.
Y a esperar otro año,
contando a los amigos
lo bien que lo han pasado.
Y que el pueblo era bonito,
qué caro estaba el mercado
¡Qué noches en la discoteca!
Con la mujer, claro...
Ninguno hablará de aquello
que tanto le hubiese gustado
y que quedaron para otros
más guapos y afortunados.
Qué hubiesen hecho algunos,
si no estuviesen casados?
Cuántas caras tristes,
y pensamientos raros,
bajo sombrillas de colores,
en la playas... en verano.









EL VIEJO


¡Aquí viene esa niña!
Con su pantalón vaquero
y su carita preciosa,
ojos grandes, muy negros.

Ella es para mí muy joven
yo, para ella, ya soy viejo
pero verla me hace sentir
algo muy fuerte por dentro.

Es algo que me quema
que me causa sufrimiento
Ella es tan simpática...
y tan lindo su cuerpo...

¿Por qué nací yo tan pronto?
¿Por qué me hace sentir viejo?
¡Si mi corazón aún es joven!
¿Por qué no lo es mi cuerpo?

Bendita seas chiquilla
por hacerme sentir lo que siento.
Al verte, me siento joven,
y mi corazón late de nuevo.









LA TORMENTA

El poema La Tormenta fue escrito con motivo del secuestro, en plena Democracia, de una exposición de dibujos que se venía celebrando en el Colegio Público El Juncal con motivo de la Semana Cultural.

El día 3 de Mayo de 1988, a las 7 de la tarde, la policía, con una orden del juez, entró en el salón de actos del colegio y se llevó todos los cuadros expuestos (unos treinta) alegando que el autor era el preso del GRAPO J. Sánchez Casas.

Los cuadros ya habían sido expuestos en otras ciudades y posteriormente al secuestro de la exposición en el colegio El Juncal fueron expuestos en la Casa de la Cultura de Puerto Real, sin problema alguno.

Los responsables de la directiva de la Asociación de Padres de Alumnos de El Juncal, que organizaron la exposición, fueron procesados y absueltos. Un año después, los cuadros fueron devueltos a los dueños.

Pero el daño moral ya estaba hecho.


LA TORMENTA

Hoy, grandes nubes negras

entrando por la Puntilla

oscurecen la ciudad.

Descargan toda su furia

sobre la verde hierba

y pisadas de agua y barro

ensucian los portales del hogar.

Cuando el viento desplace las nubes

y el sol vuelva a alumbrar,

la gente salga a la calle

y los niños vuelvan a jugar.

Entonces brillarán aún más bonitas

las rojas amapolas

que florecen en los campos

alrededor de El Juncal.

CUANDO YO ME VAYA

Cuando yo me vaya lejos,
hacia el horizonte infinito,

dejando atrás heridas, alegrías,
amigos y enemigos, y sin más bagaje

que mi amor incomprendido.

Con el corazón abierto,
mostrando las múltiples heridas
que me hice a lo largo del camino.


Cuando llegue ante la fuente de energía
que a todos nos da vida
y me postre ante el Supremo Juez,
sabiendo que nada es peor

de lo que ya he sufrido

Y Él me pregunte qué deseo,
para que me sea concedido,
antes de arrojarme al eterno olvido.

Le diré que te ame como yo te amé,
que te cuide por muchos años
y te guarde un lugar junto a Él

Para que tu luz, ésa que me deslumbró
y que hizo añicos mi corazón,
ilumine para siempre los espacios infinitos

AVES DE HIERRO

Ave metálica y maldita,

Te alimentas con la sangre de inocentes

Hierro y fuego son tus excrementos

Carroñera, buscas entre los despojos

El trofeo para tus vitrinas

Palestina:

Tierra yerma cubierta de cadáveres

Qué horribles máquinas allanarán

Tus casas y calles

Para cultivar naranjas de zumos de sangre

¿Cuántos Herodes enviarán sus huestes a

matar a tus hijos?

¿Cuántos de éstos deberán derramar

su sangre para que el mundo despierte?

Israel:

Reclamas una tierra que no es tuya

¡nunca lo ha sido!

Desde el principio te enamoraste de ella

Cuando saliste de Egipto la ocupaste

Matando ancianos, mujeres y niños

No es tu tierra

¡Nunca lo ha sido!

Fueron las armas las que hablaron

Con sangre firmaron las escrituras

En la ceremonia sangrienta,

Ingleses y americanos, tus amigos,

del crimen fueron testigos

Al igual que El Cristo, uno de tus hijos,

el más justo y conocido,

Israel, por tus crímenes

¡Yo te maldigo!

EL POETA

Todos me llamaban poeta porque un día hablé del renacimiento de las amapolas y margaritas; de los retoños en lo árboles; del trasiego de abejas y mariposas fecundando a las flores; del trinar de los pájaros y la vuelta de las golondrinas….

No saben que no fue hasta que te conocí, mi amor, que llegó mi primavera.