y a su izquierda el Sur
Enfrente la parada del bus,
y a mis espaldas una mesa.
De la derecha me llegan canciones
de gentes que se hallan a gustito
bebiendo riojas y comiendo pavitos
dando rienda suelta a las emociones
Del Sur me llegan silencios
de esos silencios que hablan
¡Oh Dios!, qué tristes sus miradas,
mejillas vacías y barrigas hinchadas.
Más allá de la plaza está la Base de Rota
con aviones, misiles y buques de guerra
preparados para amansar toda revuelta.
de parados y hambrientos con la vida rota.
Madres y niños hambrientos
que malviven bajo las estrellas
esperan de la generosa Parca
que ponga fin a sus sufrimientos.
Y yo tengo a mi espalda la mesa puesta:
cordero asado, Rioja, Albariño, cigalas, jamón
En la tele el Monarca nos cuenta lindezas
envía saludos a los parados, desahuciadas
a pensionistas que ven menguar su pensión.
¡Dice que a todos ellos lleva en su corazón!
Yo no quiero un Rey que consiente:
que a su pueblo roben y humillen,
que ningún político vaya a la cárcel,
que a los asesinos y ladrones indulten,
sin devolver lo robado estén en la calle.
Mal ejemplo me dais, Majestad.
Tengo la mesa de alimentos llena,
tal vez sea mi última Nochebuena.
mi última muestra de bienestar.
Las gaviotas se posan en la basura,
mis pájaros no cantan entre rejas,
entre cartones viven familias enteras,
pasan hambre y frío en la noche oscura.
El llanto de un niño aterido me llega...
Y al igual que usted, Majestad,
yo bebo para calmar mi conciencia
¿Dónde estás, Jesús? , ¿a qué esperas?
¿Por que no sacas el látigo y nos liberas?
¿Por qué no limpias de mierda la Tierra?