No quiero rendirme a la adversidad
Haré lo indecible por mi felicidad
Si debo humillarme, me humillaré
Si debo rogar, de rodillas me postraré
Si he de ser cobarde, también seré
Recibiré tus andanadas con calma
Y todos tus desprecios soportaré
Sólo tendré en mente mi meta:
Abrazarte y amarte sin medida
Arroparte en los días fríos
Cuidarte en tu enfermedad
Amarte sin medida, sí, repetido.
Tu pañuelo de lágrimas, tu amigo.
Porque nadie vence sino la muerte
Y yo aún estoy vivo, ¡vivo, amor!
Y mientras se vive hay esperanza
No, no, corazón, ¡yo no me rindo!
QUE BONITO JUAN (LARISA)
ResponderEliminarUn gran poema, amigo. Toda una declaración de principios, deliciosamente
ResponderEliminarbella. Un gran abrazo, poeta.
Muchas gracias, Larisa: me alegro de verte por aquí. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias, Maestro José Salas, un placer siempre leer tus amables comentarios. Un abrazo,a migo.
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