Con cara de no haber nada dormido
Y un ruido muy molesto en la cintura
A causa de no haber aún comido
Voy con Carmen a ponernos vacunas.
—Yo solo venía de acompañante
Le digo a la bellísima enfermera
—No sea miedoso, tire pa lante,
los hombres o se pasan o no llegan.
Las vacunas salvan a mucha gente
sólo pequeñas molestias le espera.
Si le duele, lávese usté los dientes
Que el olor a ajos hasta mí me llega.
–¡Vale, vale, pare usté ya, doctora!
Que lo mismo que he venío me voy.
bastante es escuchar a mi señora:
“Juanito, yo tengo que vacunarme.
Y tienes que pincharte tú también
Porque si no, tú vas a contagiarme
esos males que tú vas a tener
Hasta me puedes dejar bien preñada
Y si eso pasara, ¿qué voy a hacer?
Sospecharías, como de la Virgen
Sospechaba el buen hombre san José”.
Así que aquí me tiene usted, doctora
Hágame lo que tenga usted que hacer
Con dulzura, que no me haga usted daño
No quiero que me cuide mi mujer:
cuidarla yo a ella, que es lo que juré
— Caballero: no sea usted payaso
, me dijo la enfermera mosqueada,
que yo de usted no necesito nada
excepto que me ponga usted su brazo.
©Juan Pan García, 24/10/2025

No hay comentarios:
Publicar un comentario