Esta primavera los buitres han invadido los cielos de Sevilla.
Contemplan la fauna desde las alturas, girando sin cesar en el añil del cielo andaluz, prestos a abalanzarse sobre los más débiles para sacarles las entrañas.
El pastor les observa con ojos angustiados: sabe que su presencia es sinónimo de muerte y recuenta una y otra vez su ganado, dispuesto a enfrentarse sin miedo a los carroñeros, a pesar de la envergadura enorme de sus alas, del alcance de sus largos y vigorosos cuellos y al filo duro y destructor de sus picos.
No se fía de la propaganda que lo presenta como ave protectora del medio ambiente porque limpia de despojos animales las dehesas de encinas polvorientas y pastos secos, en la que las reses deambulan privadas de hierba verde a causa de la falta de lluvias.
Él sabe que el buitre es una bestia que se aprovecha de la enfermedad y debilidad de los seres vivos para acabar con ellos.
Él sabe que el buitre es una bestia que se aprovecha de la enfermedad y debilidad de los seres vivos para acabar con ellos.
El pastor no tiene alternativas, el ganado pasa hambre porque el campo está vallado y el señorito no le permite pisar sus cotos de caza para alimentarlo.
Y cuando ve que el buitre se posa entre las reses corre hacia él haciendo aspavientos y lanzándole piedras para espantarlos
Pero estos últimos días son tantas las aves carroñeras que acuden al mismo tiempo a la dehesa andaluza, que el pobre hombre no da abasto.
Poeta: tú eres el pastor y tu pluma la honda. Lanza versos como piedras, capaces de ahuyentar a los buitres y despertar conciencias para que, de una vez por todas, Andalucía sea libre.
Andaluz que dormitas acallando
los gritos de tu estómago vacío
¿Sabes que los ricos lo interpretan
como el signo de tu indolencia?
No te dejes influir por ficticias promesas
De quienes te han negado el pan hasta el hastío
Y te acusan de vivir del cuento en la indecencia
¡Levanta tu ánimo, hermano mío!
Decide tomar de tu vida las riendas
No te amilanes por el invierno frío
Desnúdate y quema la ropa vieja
Y lávate, elimina el hedor a sumiso
Ponte la ropa nueva y sal erguido
en busca de tu nueva primavera