Como torrente impetuoso fluyen
mis pensamientos en tu dirección.
No hay obstáculos ni
prohibiciones en el trayecto, no hay radares ni agentes que me obliguen a
soplar.
Voy a la velocidad de la luz, derecho
a ti.
No espero nada, no sueño con
nada, no me hago ilusiones...
Sólo quiero verte, escuchar tus
risas y tus historias ancestrales.
Deseo aspirar el aire que te
envuelve: está impregnado de ti, de un aroma único que envidian los alhelíes, las azucenas y
las rosas.
Nada es real, yo no soy, tú
tampoco, nada es, todo es holografía, arte, ficción.
La realidad es otra: niveles, dimensiones,
minerales, animales cultos e incultos, energías, luz en movimiento, cuerpos descarnados.
Una cosa es real: mi amor por ti.
Un amor que sin duda alguna nació en otras vidas y te siguió a todas partes. Un
amor que ahora causalmente te ha encontrado, cuando tú sigues una agenda, en la que no me hallo apuntado.
Escribes, piensas, amas,
trabajas, lees, viajas... No estoy en ninguna página de tu libro y mi llanto casi
me delata. Te giras, buscas, presientes
mi presencia; pero luego sigues a tu tarea. No te hago falta.
Llega la noche, la oscuridad no me da miedo; más
oscura es mi alma sin tu luz.
Precioso,besos
ResponderEliminarLarisa
Casi como en una carta te confiesas
ResponderEliminary de una manera tan poética que embelleces
enhorabuena!
un abrazo.
El amor en silencio es como la lluvia que apenas moja. :) Un besito
ResponderEliminarAmores imposibles, qué tormento. Pasado el tiempo no parecen tan importantes, o es que yo ya me curé de eso. Muy bonito e intenso.
ResponderEliminarPero en tu alma sí hay luz.
ResponderEliminarBesos.
Jo...
ResponderEliminarQue oscuridad tan terrible es esa.
A ver si un día se va.
Saludos.