lunes, 26 de septiembre de 2011

ALERGIAS DE PRIMAVERA



Dicen las malas lenguas que no eres buena y sólo aspiras a disfrutar,
Cuentan que no hay cama que te resista y ni hombre bueno que respetar... Dicen que en tus apasionadas veladas gimes y gritas tanto que se alejan las palomas que duermen en el alféizar de tu ventana y ni las golondrinas han regresado para anidar en primavera.
Eso dicen las malas lenguas... Lo mismo que repite tu ex-marido en los bares, en la barbería y en sus partidas de dominó.
Pero hoy te he visto acompañar a tu hijito al colegio,  le has comprado un chuche en el kiosco de al lado y le has besado. El niño ha entrado en la escuela diciéndote adiós con la mano. Y  tú te has alejado lentamente, secándote las lágrimas de tus ojos hinchados, y has subido en el bus para irte a trabajar. Al conductor, que te miraba sin decir nada, le has explicado: «Es la alergia de la primavera».

MARIPOSA




Como aire fresco que  besa y se aleja
llevándose sin permiso el aroma.
Como el agua que te acaricia el cuerpo
llevándose con ella toda esencia,
al pasar tú por mi lado, princesa,
mi corazón destrozado te llevas,

Bella Mariposa, obligada por tu pareja
Veleidosa, te da igual clavel o rosa.
En la amapola te posas también,
en el laurel,  el lirio y la violeta…
Con todos te muestras muy amorosa

Mujer, solo tú sabes cuánto lloras
en la soledad de tu habitación:
los hijos, la hipoteca, el colegio…
¡Dios, maldito sea el paro!, entre todos
destrozaron tu frágil corazón.
Y ahora te alejas, bella Princesa,
y me dejas atrapado en tu aroma.
Te giras y me sonríes, amor...
y mi corazón partido te llevas


Registrado en Safecreative
Literaria, 24-feb-2011  código:1102248571805, Título: MARIPOSA

QUISIERA SER POETA



Quisiera ser poeta para decir lo que siento con las palabras más bellas. Describir nostálgicos atardeceres de nubes sangrientas suicidándose en el mar; noches oscuras de brillantes estrellas y la luna, pudorosa ante nuestras caricias, ocultándose en las nubes, llena de vergüenza…
Soy un hombre sencillo de maneras y creencias, soñador de sueños imposibles, humillado ante tu belleza, y quisiera ser poeta para decirlo.
Poder describir el efecto de la brisa sobre tu cabello, la mirada celeste de tus ojos misteriosos, brillantes por el deseo; el palpitar de tu corazón, la aureola encendida de tus senos, entrecortado el aliento mientras los contemplo.
Tus nalgas de terciopelo, cálidas, acogedoras, amorosas… estremeciéndose con mis besos.
¿Y tu cara, qué decir de ella, de su expresión embriagada de amor y deseo? Tus labios carnosos, entreabiertos, anhelando un beso mientras yo, tembloroso y perdido en tus ojos, cierro los míos y muero de gozo.
Las mariposas volando escandalizadas al irrumpir tú en el prado corriendo entre los jaramagos; las amapolas cediéndote el paso y los saltamontes saltando.
Y más lejos, en el bosque, en lo alto del pino, la tórtola que canta mientras observa cómo nos amamos.
Quiero hablar del mar como lo hacen los poetas: ellos conocen a las olas y los vientos, y saben lo que sienten las velas blancas de los barcos que surcan el horizonte cuando las acaricia el viento.
Hablar de las gaviotas y las golondrinas que acompañan mi descanso veraniego, las unas en la arena dorada de la playa; las otras en el patio de mi casa, anidando bajo un techo.
Quisiera decir sobre tu boca y la locura de tus besos lo que nadie ha dicho antes, ni los vivos ni los muertos, al sentir tus labios húmedos abrazando los míos, y tu lengua, curiosa, explorando mis sentidos; hablar de mi corazón enloquecido, al descubrir tus más íntimos secretos.
Y sobre ese instante sublime en que se pierde la noción de las cosas y el sentido, olvidando que estamos vivos, que no importan las hipotecas, ni los hijos ni sobrinos, ni las letras que no sean amorosas, ni el caluroso verano ni el invierno frío… de todo eso quisiera hablar de manera bella, como hacen los poetas, para que mis palabras permanezcan aun cuando yo me haya ido.




SOLEDAD

Hoy no me conmueve el instante en que Sol leva anclas, pintando las nubes que lo arropan de color naranja

Me muestro indiferente al guiño azul de las jacarandas, cuyas ramas me saludan desde la plaza.

La golondrina que anida en el alféizar revolotea ante mi balcón, preocupada, y las hortensias de mis macetas cuchichean entre ellas a mi espalda, mientra yo mantengo la mirada ausente, clavada en la lejana bruma, y tiemblo al ver el vacío que has dejado en mi cama.

El Sol y aire me abrazan, intentan darme consuelo, secar mis lágrimas, mientras yo, quebrado el pecho, desahuciada el alma, arrastro la soledad de la noche, su silencio y sus fantasmas.

¡Pensar que no volveré a sentir en mis manos la dulzura de tus senos, ni tendrán mis traviesos dedos vida en libertad para buscar en los humedales de tus valles la esencia viva que nos hacía vibrar mientras ambos nos comíamos a besos!

¡Ay, amor! Pensar en el néctar de tu boca, tus carnosos labios entregados y mi lengua cubriendo tu piel de seda...

Sueño con pétalos de rosas que vuelan hacia mí y me besan, me ofrecen su aroma y, embriagado, me dejo acunar en tu jardín. El aire, turbado, huye de nosotros y morimos asfixiados, aspirando y sollozando como locos, hasta caer muertos el uno sobre el otro.

No, hoy no escucho el saludo perfumado de las rosas, ni acepto la invitación de abejas y mariposas para deambular con ellas entre las flores del jardín: la flor que me impelía a inclinarme, trémulo de pasión, ante su belleza; la que mantenía mi alma en la suya presa, embriagada de perfumes, alimentada con fluidos, impregnados de su esencia... Ésa, se montó el sábado en un avión, y desapareció en aquel punto del cielo que mantiene fija mi mirada.

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LA POESÍA


Intentaba yo, amor, escribirte una poesía

Una poesía perfecta que te llegara al alma

Estudié libros, leí poemas, pregunté a poetas

Hasta que me di cuenta de que nada entendía

Y quedose mi ignorante alma compungida

Cerrada a versos asonantes y disonantes,

Cuartetos, sonetos, endecasílabos, romances...

¡Ay, Señor, qué difícil es escribir una poesía!

Si en verdad lo único que yo quería decirte

–Para que no se te olvide y te quede claro –

Que en mi vida eres lo más importante

Y por ti yo muero, mi vida, ¡porque te amo!

Muero por sentir tu piel contra la mía

Por libar el dulce licor de tu boca

Despertar abrazado a ti al alba, vida mía

Después de una noche de amor loca, loca...

Explorar tus suaves, cálidas y firmes dunas

Refugiarme en tu oasis, tupido y escondido

Y entregarnos ambos al placer merecido

Tras la larga travesía con vientos, sol y lunas.

Perdona la crudeza de mis fantasías

Hombre humilde, en el campo he nacido

Entiendo de honor, sinceridad y cariño

Y eres tú, mi verdadera y única poesía

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