Aun cuando persisten las tribulaciones
y la Tierra se debate entre estertores
sufriendo del hombre sus sinrazones
un claro de luz renace en los albores
propagado por los sabios pensadores
y llena mi alma de nuevas ilusiones
Dejarán de vomitar las chimeneas
el letal torrente de oscura niebla
que de noche impide
ver las estrellas
y de día llena las salas de urgencias
Edificarán con ladrillo o piedra
que no siente ni crece
ni respira
olvidando de los bosques la madera
que vive, siente y transmite vida
Convertirán las armas
en herramientas,
tal como escribió Isaías, el profeta
que cambió las lanza por podaderas
y anunciaba el fin de todas las guerras
Brillará la paz donde hay contiendas
triunfará el amor puro
sobre el odio
valorarán lo que
eres, no lo que tengas
y las almas no sufrirán más oprobio.
¡Amén, Namaste, Así sea!