
Sentado en la arena frente a la inmensidad del mar
Sintiendo la brisa marina inundar mis pulmones
su aroma a salitre y algas mi rostro ama acariciar
para agradecimientos acuden a mí miles de razones
Mirando el maravilloso paisaje que tenía ante mí,
no pude menos que exclamar: mi Dios, ¡Gracias!,
por la vida que me das y el privilegio de sentir
en mí interior tu maravillosa Creación y tu gracia
Repasé con Él la amistad que yo había disfrutado
en esa playa hace un año, que no supe mantener.
Le pedí perdón por las ofensas que he cometido
y le juré, arrepentido, que jamás lo volvería a hacer
La vida es el instante que el amor inunda el corazón,
disfrutar de las cosas buenas que hemos conseguido
amando incondicionalmente a todos los seres vivos
perdonándoles sus errores y pidiéndoles perdón
¡Qué bonita es la vida, Dios! ¡Qué bonito es el Amor!