Cada día me alejo más de ti
sabiendo que por otro tu alma vibra.
Corazón mío, es
tanto mi sufrir,
que mi alma vencida
se entrega a la hidra,
Amiga, no dejo de
comprender
que tú eres libre y
no me perteneces...
Vuela, amor, no te
puedo retener.
Respetarnos, eso es
lo que me ofreces
Pero mi orgullo me impide aceptar
quedar para ti de segundo plato,
ir con vosotros después de cenar,
simular que estoy pasando un buen rato
Reír teniendo ganas de llorar,
oír tus risas a sus chistes malos,
sabiendo que en tu
cuarto dormirá...
No, eso nunca. Antes que eso, yo me largo.
Si.
ResponderEliminarA veces es mejor largarse que imaginar...
Saludos.
Eso creo. Saludos
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