Foto de la ermita de Santa Lucía de Trempal, en Alcuescar (Cáceres) en donde ambiento mi relato "El túnel del infierno", del libro Castillo Viejo
Salió de la oscura cárcel en que estaba preso
Maravillóse ante el sol y la belleza del paisaje:
Bosques, montañas, prados, animales salvajes
Llenó sus pulmones de
aire puro y fresco
Buscó entre sus antiguos amigos y conocidos
Alguien con quien rehacer su vida en libertad
Resentidos por su delito, nadie quiso perdonar
Y comprendió: la muerte mejor hubiera sido
Un deseo, varios suspiros
Alma entregada, anhelante
Palabras como piedras son tiros
¡Muere, corazón sangrante!
Es que amigos de verdad hay muy pocos y con el tiempo, ninguno.
ResponderEliminarEstamos solos aunque lo disfracemos, y a la primera que nos salga algo mal no quedan ni los disfraces.
Saludos.