Foto de clarin.com
Las nubes de polvo y humo
El 9 de enero hacía frío en la calle.
pero dentro de la sala hervía el aire
cuando llegó la señora triste y enlutada
llevando oculta bajo el abrigo su guadaña.
Desde la puerta observó la situación:
la familia besaba llorando a su víctima en el lecho
y ella supo que ya era hora de llevársela.
No le importaba el dolor que flotaba en el aire
ni las lágrimas que al suelo llegaban
vertidas por ojos doloridos y cansados
por todas las horas robadas al sueño
No le importaban los lamentos desesperados
de quienes al anciano acompañaban.
De pronto, el mundo se paró en seco
y un aire frio entró por la ventana
cuando se detuvo el aliento vivo
del señor que miraba fijo en la cama.
¡Oh Diossss! ¿Qué has hechoooo?
Gritaron todos los presentes al unísono.
¿No era este el mejor padre, el mejor marido
el más servicial, el más alegre, el mejor amigo?
¿No podías llevarte a algún malnacido
de esos que son dañinos para la humanidad
como las víboras que ocultas en el desierto
que muerden el pie de quienes buscan lejos la libertad?
¡No te entendemos, Señor!
Como rastrojo empujado por el viento,
nuestra Fe rueda por los suelos y es pisoteada
por nuestras almas rotas, perdidas y destrozadas.
La vida ya no es eso, es otra cosa, todo ha cambiado...
La noche es de día, y el sol se ha ocultado
La Luna preside cielos grises de tormenta
Vientos huracanados destruyen la vida feliz del ayer
Y convierten en lodo todos los proyectos,
todas las ilusiones, todas las esperanzas,
todos los sueños, todas las promesas... Y la Fe en ti.
Las personas presentes quieren irse también,
no desean vivir, no hay nada que detenga el dolor,
ni la locura, ni el llanto ni los gritos desesperados.
Pasará mucho tiempo antes de que se sosieguen,
antes de que los corazones vuelvan a latir normal,
antes de que se agradezca la brisa al caminar
y que se tome consciencia de la cruel realidad:
Que hay que seguir adelante, con la cabeza alta
mirando al frente mientras se trabaja
en la fábrica, en la oficina o en casa
cocinando o lavando ropa. Tu vida será ir de compras
alimentar a la familia, pagar la hipoteca
llevar a los niños a la escuela, y comprarles chucherías al salir
y contarles historias bonitas del abuelo por las tardes
para que nunca olviden que estuvo aquí.
Y será así, viendo que la vida sigue, que siempre ha sido así...
Comprendiendo que hasta las flores más bonitas se marchitan
y que luego llega la primavera y otras flores vuelven surgir.
Y verán la grandeza y majestuosidad de la naturaleza:
Sus ciclos constantes, puntuales, sabios, incomparables...
Entonces no podrán menos que exclamar, con amorosa admiración:
«Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe» salmo 139: 14©Juan Pan García
Si tú me dices: “Vente conmigo”
Cojo el pasaporte, dinero y bastón
tres mudas de ropa, traje y abrigo
y salgo ráudo a coger el avión.
Mi mujer, feliz, me paga el viaje,
me hace la maleta y me da un beso
y, para mis gastos, tres mil euros.
“ Diviertete, cariño. Ten coraje.
. No tengas prisa en volver.
No pienses en mí ni un momento
Quien te quiera, ¡merece un monumento!
Tu mantenimiento, yo le pagaré
“ Sólo el billete de ida — dicen en Iberia—
No sea que lo vayan a secuestrar,
y aunque quiera, no podrá regresar”,
afirma la azafata muy seria.
Ésa es la temida raya roja, pensé.
Ya me daba miedo coger el avión
¡En una semana, se han caido tres!
Para volar hace falta mucho valor.
Me voy a Cádiz y un barco busco
ofrecen un crucero a varias ciudades:
Santo Domingo, La Habana y Acapulco
donde incluyen en el precio. masajes.
Miro el mapa, y busco mi destino
aquél donde me espera mi amor.
Pararme en Acapulco es un desatino:
¡A dos mil kms de la reina de mi corazón!
¡Qué lejos, por dios!¡Ay que pena!
¿Adónde voy , dolorido con mi bastón?
A mí, seguro que no me secuestran,
soy viejo y cobro exigua pensión...
Y , lo peor, no podré hacerle el amor.
A mi edad, no veo factible ese proyecto
Espero no tener que enfrentarme a eso
Solo puedo dispensarle caricias y besos
¡En eso sí, yo soy un experto!
Llevo tiritas pa la lengua,
Enjuages, pastillas, vendas, linimento...
¡Vaya por Dios! Me está doliendo la espalda
¿Y qué hago ahora yo?
Mejor me quedo en España
Tener una amante joven, a mis 80 años...
¡Eso no lo puede mantener ni Dios!
.
Llegados a este día, y dado que mañana ya esperamos visita de nuestros hijos, doy por finalizada mi actividad creativa del año 2023.
He publicado el libro de relatos “ Ay Dios, qué cosas pasan” y pintado varis retratos, además de pasar varias horas diarias en vuestra compañía.
Os agradezco vuestra amistad, lecturas y comentarios y os deseo paséis unas muy felices fiestas y próspero año 2024. ¡FELIZ NAVIDAD!