MI NIETECITA MARTINA
Andando aún insegura,
luciendo generosa sonrisa
viene hacía mí, sin prisa
provocando mi locura.
¡Es preciosa mi chiquitita!
Habla el idioma de lo ángeles
—tendré yo que aprenderlo—
aunque casi todo lo entiendo:
señala lo que quiere le alcance.
Ayer la senté en mi regazo
y ella lo observaba todo
con sus preciosos ojos.
rodeada por mis brazos.
Algo de mí ha heredado,
observo con alegría:
marca de la familia mía.
tiene el labio revoleado
¡Que bonita eres Martina!
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