Al pequeño Solanum, que en silencio me acompaña
desde el verano junto a mi mesa mientras yo escribo
se le están cayendo
los frutos de colores vivos
y sus hojas verdes ahora
parecen arañas
Todavía echa flores,
que duran escasos días
Dicen lo libros que el Solanum dura hasta febrero
pero que sobreviva al
invierno es lo que yo espero
pues mis musarañas
espanta y alegra mi vida
Al igual que a ti, mi Solanum querido, me duele,
me hiere el invierno, apresa mis huesos, es cruel conmigo
Tú sé fuerte, que al cabo llegará la primavera.
Ella te llenará de savia,
te vestirá de verde
te cubrirá de flores, producirás nuevos frutos
que llenarán de felicidad mi alma prisionera
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