Cuando yo era niño, había en mi pueblo
rocas enormes
vigilando el valle,
sus aguas, jarales,
juncos y helechos.
El graznido de
buitres en el cielo,
el ganado bravo, ovejas y puercos,
ciervas bebiendo libres en el río...
Deslumbraba el sol, cálido, indomable,
jugábamos en el agua los críos...
Había paz, y un amor
insaciable,
en el mundo infantil
que yo he vivido
No vi plástico o aceite en
el río
ni tenía la experiencia que hoy tengo,
no supe de envidias ni de amoríos
todo el mundo se
mostraba respeto…
Pero poco a poco yo
fui creciendo..
Me arrancaron del mágico lugar
me llevaron a otro sitio distinto
y comencé a ser víctima del mal.
Caminando por prados infinitos,
vi aguas fétidas y
bosques ardiendo,
chorros de tinta, de colores vivos
las cloacas en los ríos vertiendo.
las cloacas en los ríos vertiendo.
Sufriendo el odio, la envidia y traición
entre seres sin piedad, compitiendo
puse una coraza a mi corazón,
y rechazo cualquier razonamiento
relacionado con una traición.
Hoy, en el tramo final
de mis años,
entiendo que no
existe la inocencia,
compitiendo todos hacemos daño,
afirmo por experiencia.
Mostramos al planeta indiferencia,
somos seres sin
apegos, extraños,
sin la lealtad del
amor de antaño
la falsedad reina
hoy por excelencia.
Sólo espero que mis hijos y nietos
disfruten una justa
sociedad
donde los sinvergüenzas corruptos
seres falsos, agentes de
maldad
no puedan impunemente hacer daño.
¡ Cuidemos y respetemos
la Tierra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario