¿Dónde está ese mundo de igualdad y de amor por el que tanta sangre se derramó, dónde está,
dónde está?
Ya no tienes casa, ni trabajo ni pensión...
No hay suficiente leña en el bosque para calentar el frío de tu
corazón.
El perro tiene bozal, ya no canta el ruiseñor.
¿Dónde está, mamá el mundo que el abuelo soñó?
Tengo frío, mamá.¿Tú no? Esta noche nos helaremos los dos:
no abriga nada ese cartón.
El Banco que nos desahució ya no nos deja dormir en el cajero: hace guardia un pistolero.
¿Dónde está, mamá, ese mundo por el que murió el abuelo?
No llores, mamá, tengo que decirte algo bueno, ¡todo se va a
arreglar!:
Cuando fui a pedir comida, el cura me dijo que tú y yo iremos
al Cielo, donde sólo van los pobres. Dice que los ricos no pueden
entrar, que eso es más difícil que encontrar una aguja en un pajar. ¿Estás
contenta? Se acabó el problema, nos vamos a salvar.
¿Por qué me das tu
comida? Tengo hambre, pero no la quiero. No puedo ver como se apaga el brillo
de tus ojos, ni que se enfríe tu aliento.
Ya no canta el ruiseñor ni han vuelto las golondrinas... Sólo
las aves rapaces viven de maravilla.
No nos dejan mendigar para comer, el lobo feroz vigila en las esquinas.
Al otro lado de las rejas viven los señores en grandes mansiones. Tienen
coches, guardaespaldas y chóferes, mientras
en la boca del Metro se amontonan los pobres.
¿Dónde está, mamá, el mundo justo del que tanto nos hablabas
cuando íbamos a la escuela con la mochila a la espalda cargada de esperanzas?
¿Dónde están las flores que cuidabas en tu balcón con tanto
esmero, poniendo en ello tu corazón?
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