lunes, 12 de septiembre de 2016
RECUERDOS QUE HIEREN
Vuelven los días amargos
los fantasmas que creía muertos
el encuentro furtivo de noche
la carrera en los pasillos,
del amante al ser descubierto.
Puerta que se cierra
sigilosamente al momento,
agua del bidet que mana
limpiando los fluidos
que provoca el sexo.
Yo, que creía estar ya libre,
inmune a tales encuentros,
me veo de nuevo ahora
en el gran hotel preso,
rogando que me pueda el sueño,
mis oídos con tapones lleno
evitando oír los gemidos
de los adúlteros perversos...
Y al siguiente día, ellos,
como si nada ocurriera,
como si no existiéramos,
amándose con los ojos,
rozándose cuando menos
y dándose algunos besos
en la inevitable despedida
hasta el próximo encuentro
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