Ha llegado ya la noche
después de un soleado día
se apagan todas las flores
y arden las ansias mías
Marcado a hierro candente
en mi corazón tu nombre
Tu alma tan bella e
inocente,
me hace sentir más hombre
Y en la noche oscura
tu luz mi ser ilumina
Sueño con besos y caricias
compartir tu alma divina
De día no hago otra cosa:
soñar despierto contigo
y vuelan, cual mariposas,
mis besos enardecidos
¡Ay, qué cosas digo!
He vuelto a ser un niño...
Deseo estar en tu regazo
y recibir mucho cariño
Mas, no hagas caso, niña,
de mis cavilaciones
No soy oro, sino mirra,
preso de mis emociones
Puedes estar segura, cielo
de que mucho te respeto
Aunque sabes que no debo,
sólo aspiro a ser tu sueño.
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