Inútil es intentar convencerte
de la sana intención que a mi me lleva
a pedirte que como antes yo vuelva
a ser tu amigo incondicionalmente
Para ti fui siempre, no me lo niegues
el receptor del oprobio y las culpas,
el fracaso, el pañuelo que ya no usas,
el capricho de una soleada tarde.
Princesa, algún día comprenderás
-y no creo yo que mucho tiempo pase-
que mano amiga no cabe despreciar.
Pues si ufana te vas fagocitando
a todos tus amigos especiales
que tú termines sola, es natural.
Me encantó tu soneto Juan! Te felicito.
ResponderEliminarBesitos <3
Muchas gracias, Isabel. Besos
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