Mujer, predicas con fuerza y razón
la bondad que nos muestra el Creador.
Al mirarte, yo sólo
siento amor;
por tu ausencia
llora mi corazón
No sé como decirte lo que siento,
ni cómo te podría
convencer:
Estar contigo es para mí un
placer;
vivir sin ti, significa un tormento
Y tú te ríes, mi
adorada amiga,
al saberte querida y deseada,
¡ y de tu pan no me das
ni una
miga!
En las noches diáfanas y estrelladas,
miro la Luna y pienso
en ti, querida...
¡Qué sería mi vida, si me amaras!
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