cruelmente conmigo te enconas
me llamas el "Judas que traiciona
y muerde la mano que le ayuda"
No entiendo por qué me dices eso
habiendo sido el gran agraviado
mis sentimientos has pisoteado
Me usaste y tiraste cual pañuelo
Habiéndote ya perdonado
sigues esparciendo veneno
publicando insultos sin freno
me llamas mierda, depravado
Actuamos como dos idiotas:
tú me acusas, yo respondo
hiriéndonos en lo más hondo
¡Señor, somos dos cabezotas!
No sé ya qué hacer contigo
me humillaste hace un año
de dolor me estás matando
mientras adoras tu ombligo
Solo ves la paja en mi ojo
cuando viga lleva el tuyo
intentas con dulce arrullo
repetir la historia con otro
Yo deseo que lo consigas
que disfrutes y seas feliz
por favor, olvídate de mí
déjame en paz vivir mi vida
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Eso.
ResponderEliminarQue te deje en paz.
No merece ni un poema tuyo.
Saludos.
No sé por qué no quedan. sácala de tu vida!!
ResponderEliminarToro, lo mejor, y lo que yo deseaba es que hubiésemos seguido siendo amigos sin más. El tiempo pone a cada cual en su sitio. Pero en vista de que no cesa de publicar poemas envenenados dirigidos a mi persona no he podido evitar escribir este poema. Gracias por tu lectura. Saludos
ResponderEliminarEso quiero, M. Susana: sacarla de mi vida de una vez por todas. Un beso
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