Una
imagen de mi infancia
Pervive en mi corazón cansado
Me
veo en el porche de mi casa
Bajo
la vieja parra sentado
Veo
el ganado en la dehesa
En la sierra bala el venado
El
sol se hunde en la montaña
Cuando
por el camino escarpado
Bajando
la cuesta con maña
Viene
una piara de cochinos
Y
detrás de ellos mi hermano
Con
la alforja en la espalda
¡Ahí
viene mi hermano, mamá!
Grito
corriendo a su encuentro
Ya
es de noche cuando arriba
Exhausto, mi padre por el sendero
Por
donde mismo se fue al alba
Cuando
alumbrando el lucero
El
travieso gallo lo despertaba
Sentada
a la mesa la familia
Bajo
la parra cargada de uvas
Mi
madre nos servía un lebrillo
Rebosante
de calientes migas
Y
después de calmar el hambre
Liaba
un cigarro de picadura
De
tabaco negro, y con ternura
Me
abrazaba y mirándome
Ojos expectantes muy abiertos
Me narraba uno de esos cuentos
De
héroes
valientes, misteriosos
Que
me hacían soñar despierto
Un
caballo blanco, cartujano
Perseguido
por un toro bravo
Daba
vueltas gloriosas al ruedo
Altivo
sobre él, iba su amo.
Y
en la alta sierra, mientras tanto
Hombres con sus mulas caminando
Perseguidos
por cientos de guardias
Por
montañas valles y barrancos
Cargados
de azúcar y tabacos
Café,
mecheros y objetos varios
Azúcar
en el pan con aceite
Tabaco para pasar el rato
Años
de caballos y toros bravos
Montes
de encinas y contrabando
Hombres
intrépidos que por hambre
La
vida se estaban jugando
Añoro
aquellos tiempos felices
De
hambres y de sueños con mis padres
De
cuentos, abrazos y besos tiernos
Bajo la parra al morir la tarde