En el jardín de la casa
una rosa se desperezaba
y absorto en la ventana
un clavel la contemplaba.
Una abejita se posaba
entre las variadas flores
por todas ellas solicitada
para hacer miel del polen.
Al posarse en el clavel
sintió latir su corazón
Clavelito, ¿qué puedo hacer?
le dijo al notar su pasión
Abejita que con primor
de la flor extraes el alma
llévate el amor que sangra
de mi ardiente corazón
Al igual que tú, lindo clavel
mi corazón sangra dolorido
por un sueño no cumplido
que torna la miel en hiel
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ResponderEliminarGracias, Mercedes.Palabras hermosas para reflexionar. Un beso
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