Las duras piedras de
la bella Cáceres
antaño testigos de
mil batallas
en nobles palacios y
estrechas calles
pisaron poetas de toda España
quienes como la hiedra viva
sus muros
acicalaron con bellas
palabras
Era el clamor cargado de esperanza
con un grito, un poema,
una guitarra...
Era un mundo ebrio de
paz y amistad
firmado con ibérico y pitarra
Un cante hondo,en una pequeña plaza
una foto, un abrazo, y unos besos,
risas preñadas de
tiernas miradas
y el brillante cielo azul como techo
¡Cáceres, ay, Cáceres!,
bella dama...
La que los reyes tanto codiciaran,
emocionada, nos abrió
sus brazos,
calladamente nos entregó su alma
Cáceres, cuna de
conquistadores,
por ella derramé ayer
unas lágrimas
No se bien si éstas eran de alegría
o por la tristeza de abandonarla
¡En ella quedose prendada mi alma!
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