En
Puerta Oscura una tarde yo te di un beso
Te cogí
de la cintura te apreté contra mi cuerpo
Nos
miramos a los ojos, nos hablamos en silencio
Explosión de amor hizo vibrar mi pecho
Temblorosa tú, en silencio me aceptabas
Sentí que la vida en cada beso se escapaba
Sentí que la vida en cada beso se escapaba
Y convertimos la hierba en nuestro lecho
En
Puerta Oscura una tarde yo te hice mía
Embelesado
besé tu cara, tus ojos, tus labios
Acaricié
tu cuerpo con mi boca y con mis dedos
Hasta
sentir que la locura del deseo te invadía
Y los
árboles del parque, sonrojados,
De
curiosas miradas nos ocultaron
Y
mientras con ansia nos amábamos
Se bañó de oro la cima de Gibralfaro
Volaban
las gaviotas sobre la Malagueta
Y
jugaban al escondite alrededor del faro
El aire
recogía los gemidos enamorados
Al Este,
el cielo color fuego era una fiesta
Las murallas
nos observaban allá en lo alto
Los
pájaros en las ramas guardaron silencio
Escuchaban
tus susurros, tus quejidos, tus excesos
Al
entrar yo en tu dulce, cálido y húmedo templo
Nos
sorprendió la luna en aquel jardín
Abrazados
ambos y viviendo sueños
La Manquita lucía orgullosa sobre los
tejados
Y, más
lejos, el faro giraba y giraba sin fin
Y
nosotros, ajenos a todo, lejos del mundo
Hablando
con los ojos, ambos en silencio
las
manos incansables incendiadas de deseo
descubriendo
ávidas nuestros secretos
disfrutamos de una noche inolvidable
de esas que destacan en los recuerdos.
En
Puerta Oscura una tarde yo te di un beso
Me
embrujaste, amor mío, y desde entonces,