jueves, 30 de marzo de 2017

YO NO SOY NAIDE




Creíme, pobre de mí, hombre agraciado
 por la  buena madre Naturaleza
de muchos dones aprovisionado
de los mismos pies hasta la cabeza.

 Creyéndome el  feliz amo del mundo
rechazaba mil  citas amorosas
caminando yo ufano por las calles
tal como un rabo rechaza las moscas

 Mas de pronto del sueño desperté:
 ¡Yo nunca  me he comido  una rosca
 ni he logrado triunfar como escritor!

Solo tengo a mi querida  mujer
que sin dudarlo me arrea un par de hostias
si ligar con alguna intento yo


¡Ay Dios! ¿Es esto vida? ¡Señor,  señor!


martes, 28 de marzo de 2017

75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE MIGUEL HERNÁNDEZ.



Callan los pájaros en los olivos,
un gran clamor resuena en  la sierra:
hoy un gran poeta ha muerto cautivo

 La tristeza en las almas hace mella.
Miguel vive en el corazón del pueblo
En la noche oscura, él fue la estrella.

Sabemos que  vives,   eres eterno,
 tu poesía fecunda la tierra, 
y dará su fruto tras este invierno


Juan Pan García

domingo, 26 de marzo de 2017

EL CAMBIO DE HORA



El cambio de hora a las dos ha sido genial, la mejor idea del momento. Deberían repetirla todos los meses.

Estábamos mi Carmen y yo viendo la televisión, esperando la hora para cambiar de hora el reloj y como nos entraba sueño dije yo:


 Hoy es sábado sabadete. Vamos a acostarnos y echamos un casquete.

Y mi Carmen me mira con los ojos entornados y esa mirada escéptica que sólo entiendo yo, habida cuenta de que hace un año que no la hago sentir un temblor. Pero discreta como es no dijo nada, y en dos minutos nos desvestimos los dos.  Pusimos el dial de la radio en Sol Córdoba FM, http://solfmcordoba.com/ para escuchar la música suave que suelen poner a esas horas para que nadie se despierte, que no sé entonces para qué la ponen, y nos entregamos a fondo perdido los dos.

Y la tensión fue subiendo, subiendo... Faltaban unos segundo para alcanzar el Cielo y de pronto perdimos la noción del tiempo. ¡Que gozada, qué cosa más rica, qué felicidad! Ese debe ser el Paraíso Terrenal que disfrutaron Eva y Adán.

Y fue entonces que Alvaro Caputo, el locutor dijo: "Son las tres de la madrugada".
Y  exclamé:— ¡ COÑOOOOOOOOO, CARMENCITA, QUE EL ORGASMO NOS HA DURAO UNA HORA!

viernes, 24 de marzo de 2017

AMANECE


Silencio, todos duermen
la Luna me mira muy seria
hace días que no la piropeo
ni acato sus deseos de feria.

Nubes estiradas y oscuras
pasan por delante de ella
y por los bordes negros
lucen orlas arabescas

El viento se lamenta, celoso,
y por las  ventanas se cuela.
Adulador, acaricia mi rostro
y con dulzura me besa.

 No se por qué no duermo,
 son las seis de la mañana
y no tengo que madrugar.
Será porque que soy viejo

Todos duermen, es hora de hacerlo:
l@s amig@s que me quieren,
los escritores y poetas que escriben,
y los que no merecen mi recuerdo.

Para tod@s sale el Sol cada día.
Tod@s tenemos nuestras vivencias.
y algún día rendiremos cuentas.
Mientras tanto, pasen buenos días


Juan Pan García. Derechos reservados Safe Creative Comons

martes, 21 de marzo de 2017

LA PRIMAVERA


Después de un periplo frío,
 besa montes y barrancas,
llena de verde esperanza,
el pobre corazón mío

Luce la  adelfa del río
 flores blancas y rosadas
 y en  aguas frías y bravas
 aovan percas y  truchas
por la vida todos luchan
el campo viste de gala


Safe Creative #1703221206792

viernes, 17 de marzo de 2017

QUIERO ESTAR SOLO




QUIERO ESTAR SOLO

Solo en mi balcón, estoy solo.

Veo pasar las nubes, en los cristales se estrella el viento.

Las ramas de los árboles de la plaza se cimbrean, como tu cintura ante mí, ha tiempo.

Ahí enfrente, en la iglesia, hay gente llorando a un muerto. Debe ser importante: el Obispo ha venido al entierro.

A la izquierda los niños, impasibles, juegan en el patio del colegio.
Miran sus teléfonos móviles, no tienen lápices ni  tiza, han despedido al maestro.


Yo no quiero salir a la calle, me da miedo.
El viento trae aromas fétidos, dolorosas palabras y lamentos.

Arriba pasa un avión en este momento. Tal vez lleva pasajeros que transportan su dinero al extranjero, los mismos que sacrifican a los viejos en aras del progreso.

El mar vomita en las palyas algas, plásticos, zapatos y cuerpos. Algunos, vivos; la mayoría, muertos. Millones de personas huyen de la guerra, se plantan ante las puertas del Paraíso y rompen las rejas; pronto se dan cuenta de que han entrado en el Infierno.

Las florecillas silvestres luchan por sobrevivir en el asfalto, pero serán vanos sus intentos.

En cambiar nombres a las calles, en destruir monumentos, en repartirse el dinero de ayudas y presupuestos, en desenterrar a los muertos... En esos menesteres, los diputados pasan el tiempo en el Congreso, mientras millones de familias pasan hambre, duermen en la calle y mendigan alimento.

No, no..Yo no salgo. Ahí fuera manda el viento, un viento que viene rugiendo de muy lejos, trae arena y polvo, que penetra en los ojos, seca las lágrimas y los huesos, y enferma el alma porque huele a pólvora y a muertos.

Y también huele a ti. Porque ni el viento ni la lluvia de este invierno han podido cerrar la herida que ha abierto en mi alma tu cruel comportamiento.

Yo no salgo a la calle, lo que pasa ahí fuera yo no quiero verlo.

No estoy solo: abrazadas a mí, apretándose a mi pecho, mirándome con impúdico deseo están esas señoras feas y desdentadas: la Rabia y la Impotencia, que juran no abandonarme de por vida, hasta que la muerte nos separe.

Al Este, cuando amanece, veo venir hacia acá en medio del disco de fuego las siluetas de cuatro caballos con sus extravagantes jinetes. Vienen a arrasar el mundo, y la Humanidad lo consiente.





viernes, 3 de marzo de 2017

LA FLOR DEL PISUERGA


A la orilla del Pisuerga
yo de ti me enamoré,
acostados bajo un olmo
arrobado te besé.

Descubrí maravillado
la pasión de tu querer
y la ternura de tu alma
enamorado, robé

Sonaron las campanadas
del reloj consistorial,
con la claridad del alba
nos tuvimos que marchar.

Y quedamos por la tarde
para vernos otra vez,
mas yo vivía en Madrid
y me fui a coger el tren

Un día recibí carta,
rebosaba puro amor,
me decías que en tu vientre
crecía una bella flor

¡El cielo se vino abajo!
¡No lo podía creer!
¿Cómo podría yo criarla
¡Yo no sé qué voy a hacer!

Y corriendo fui a tu casa
sentí en tu seno sus pies
dando patadas, traviesa,
¡y la comencé a querer!

¡Ay, ay, mi querida niña!
¡Cuánto te voy a querer!