Ser de luz que habita en ti.
Alma pura, sana y bella,
viniste desde una estrella
para enseñar a vivir
Entre todos los mortales
me elegiste un día a
mí:
obtuso, soberbio y vil,
para cambiar mis modales
Tonto de mí,
confundí
tu amor incondicional
con un deseo carnal
Me mostré celoso, vil,
no quise reflexionar...
¡Ay, amor!, y te perdí