martes, 5 de enero de 2016

HIPOCRESÍA





Resulta que a veces nos creemos buena gente

y alabamos todo los que hemos conseguido:
buena posición , buen trabajo, buenos hijos...
y nos presentamos como salvadores de la gente.

Pero la verdad es que pecamos de falsa humildad;
 todo va bien mientras nos envuelven en halagos.
Si alguien disiente de nuestro pensar, no lo aceptamos
y entonces usamos todos los medios para derribar.

El  amigo, al que  antes alabábamos, es enemigo.
Comenzamos a reprocharle a diario antiguas torpezas.
El cariño  de antes resulta que  solo existía en su cabeza.
Y  el intercambio de abrazos y besos jamás ha existido.

Pero es inútil engañar  a la voz de la conciencia,
ella está ahí recordándonos que es hipocresía
hablar de amor y solidaridad al mundo cada día,
si  al compañero odiamos y mostramos indiferencia.

Amor, perdón, ayudar... Palabras vacías...
Sólo existen de la boca hacia a fuera.
En verdad, en ellas  todo es quimera
Sólo Dios nos juzgará al final de los días


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