“Aunque el Sol seque la rosa, y del rosal caigan al suelo sus pétalos de terciopelo, y sean barridos por el viento… su belleza permanece para siempre en mi memoria” (De la película Esplendor sobre la hierba)
Hoy se cumplen 22 años de tu huida hacia la Luz, la que alumbra el universo y lo mantiene activo. Y ahora que voy llegando a hurtadillas al final de mi periplo, es cuanto más valoro lo que significaste en mi vida.
Te quiero, madre, estás siempre conmigo.
A MARÍA GARCÍA SÁNCHEZ
Muchas gracias, madre
por la vida que me diste
por tus caricias y mimos
por protegerme siempre
Me amamantabas en la cárcel
cuando estuviste presa
por robar bellotas en la dehesa
para quitarnos a todos el hambre
Siempre me defendiste
de propios y extraños
Mis defectos ocultaste,
Me evitaste mucho daño
Y cuando en aquel hospital
sentiste las fuerzas muy escasas
me pediste de manera especial
que te llevara a morir a tu casa
Y allí, una fría noche de enero,
entubada y con mucho miedo
te fuiste en mis brazos, mi cielo.
Ay Madre, ¡cuanto te quiero!
Te quiero, madre, estás siempre conmigo.
A MARÍA GARCÍA SÁNCHEZ
Muchas gracias, madre
por la vida que me diste
por tus caricias y mimos
por protegerme siempre
Me amamantabas en la cárcel
cuando estuviste presa
por robar bellotas en la dehesa
para quitarnos a todos el hambre
Siempre me defendiste
de propios y extraños
Mis defectos ocultaste,
Me evitaste mucho daño
Y cuando en aquel hospital
sentiste las fuerzas muy escasas
me pediste de manera especial
que te llevara a morir a tu casa
Y allí, una fría noche de enero,
entubada y con mucho miedo
te fuiste en mis brazos, mi cielo.
Ay Madre, ¡cuanto te quiero!
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