viernes, 7 de febrero de 2014

LA SACERDOTISA



Hermano, sí, tú , mi yo. Causas mi desgracia.
Tú ocupas mi sitio,  has heredado mis bienes;
yo muero  en la calle, tú deseas parabienes
Ignoras que así has metido el dolor en tu casa

Te has postrado a los pies de la sacerdotisa
Ella, te ha dado a beber  el elixir de la vida.
Ebrio de amor, te tumbas sobre el ara viva
sagrada mezcla de cuerpos, esencias, caricias

Unión de cuerpo y alma,  el sacrificio precisa
Temblarás de gozo, tu alma volará al cielo,
Pedirás por favor volver  a beber sus delicias

Olvida  a  la sacerdotisa, ya no la tendrás más
los celos, la pasión, y el  odio te embargarán
desearás morir  al saber que  ella te negará

Y ya no habrá para ti más primaveras
vivirás eternamente los inviernos fríos
Comprenderás, tarde, ¡todo es quimera!

Levántate, hermano, alegra esa cara.
Con otra mirada, enfrenta  la vida.  
Irradia  la luz de tu alma, ella te ama

Safe Creative #1402050038634

1 comentario:

  1. Cada quien ha de elegir lo suyo....
    Lo que importa es amar.

    Saludos amigo poeta.

    ResponderEliminar