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ESA MUJER
Qué tiene esa mujer, madre
que me tiene embrujado
Y con sólo mirarme
me ha desquiciado.
No sé qué tiene
esa mujer, madre,
No sé que tiene...
No sé que tiene...
Que desde que la vi
estoy amargado.
La conocí en la plaza,
me la presentó su hermano,
yo la besé en la cara,
ella me tendía la mano,
Y en su cara bonita
se dibujo una sonrisa,
yo temblaba, madre
igual que una espiga
mecida por la brisa
Sus ojos negros,
acecharon mi alma,
reflejándome en ellos
yo perdía la calma.
Esa mujer me ha vuelto loco,
y es tal mi locura, madre,
que si ella no me quiere,
yo voy a durar poco.
¡Qué ojos, por dios, madre! Te dejan atontao.
ResponderEliminarHe visto la entrada en el facebook, y me he dado cuenta que no he venido yo por aquí, no, que no, que no sabía que los tuvieras a pares -los blog,no seas mal pensado-.
Un abrazo amigo Juan
Confesiones de una pasión que conmueven, con un final casi Sakespiriano...enhorabuena desde azpeitia
ResponderEliminarAy Juan, esos amores y enamoramientos de fantasía juvenil, de deseo y desplante, de beso y de mano, de juego y pasión... Pero, mejor no te mates que te perderás otros muchos ojos y caras bonitas.
ResponderEliminarBueno, acabo de descubrir este blog tuyo que desconocía.
Un abrazo, poeta...
Ja,ja,ja Juanillo, me alegra verte por aquí. Un brazo
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Azpetia. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola,amigo Antonio. Gracias por tu lectura y comentario. Has acertado, son fantasías y sueños, retazos de juventud los que me han llevado al poema.Pero no, no me mato: Quiero ser el último que abandone el barco, a pesar de Rajoy. Un abrazo
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